Tale

En la mitología clásica, Narciso era un joven de gran belleza que al nacer se predijo que verse a si mismo en un espejo sería su perdición. Para evitar la muerte de su hijo, la madre dejó que Narciso creciera sin conocer su propio rostro e ignorando la belleza que poseía. Así, se hizo un chico muy introvertido y rechazaba a todas las ninfas y mujeres que se enamoraban de él. Una de ellas fue la ninfa de los bosques Eco. Se consumió tanto por ese amor que lo único que quedó de ella fue una voz que todavía dura en las montañas donde nadie puede verla, pero siempre dice la última palabra. Así que la diosa de la venganza hizo que Narciso se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. Continuó mirando su reflejo, consumiéndose de amor hacia sí mismo, hasta que murió. Una flor de narciso que lleva su nombre desde entonces, creció en el mismo lugar.

Como muestra la mitología clásica y muchos otros ejemplos cotidianos y actuales, el amor propio siempre ha estado condenado— y por no ser tachados de narcisistas hemos dejado de vernos a nosotros mismos. Es hora de darle la vuelta al adjetivo, ¡vamos a querernos más! 

Bellas Narciso trata de destacar diferentes bellezas de diferentes personas, a través de su espíritu libre e individualista. Devolver el amor propio del que se ha hecho olvidar. Una firma donde cada cual pone sus propios límites, hecha con mucho amor y dedicación.